El fragor del día - Elizabeth Bowen

" Aquellos muertos desconocidos increpaban a los vivos -no con su muerte, que tal vez compartirían todos cualquier noche-. Clamaban a ...

"Aquellos muertos desconocidos increpaban a los vivos -no con su muerte, que tal vez compartirían todos cualquier noche-. Clamaban a los vivos con su anonimato, que ya no podía subsanarse. ¿Quién tenía derecho a llorarlos, si nadie se había preocupado por ellos en vida? Así pues, entre las multitudes que seguían comiendo, bebiendo, trabajando, viajando, haciendo un alto, apareció la tendencia instintiva a romper la indiferencia mientras aún quedara tiempo. El muro que separa a los vivos de los vivos perdía grosor al adelgazarse el que separa a los vivos de los muertos.



Sinopsis


“Elizabeth Bowen está considerada una de las mejores escritoras en lengua inglesa del siglo XX y la figura clave que pone en contacto la literatura de Virginia Woolf con la generación de escritoras de ideas de los sesenta y setenta (Murdoch, Spark o Byatt). El fragor del día (1948), inédita en castellano, es quizá una de las más vibrantes novelas sobre el Londres asediado por las bombas y la pobreza durante el Blitz. Novela de personajes, de atmósferas, tremendamente vívida, narra la historia de Stella Rodney, que ha decidido no abandonar Londres cuando todos los demás se han marchado huyendo de una muerte posible. Para Stella, la sensación imperante de catástrofe se vuelve personal cuando descubre que el hombre a quien ama, Robert Kelway, es sospechoso de vender secretos a los alemanes y que el hombre que lo persigue, Harrison, quiere que sea ella quien pague el precio por su silencio. Atrapada entre dos corrientes, Stella ve su mundo derrumbarse. ”

Valoración personal


En El fragor del día presenciamos la historia de amor de Stella Rodney con Robert Kelway en una Londres aturdida por la Segunda Guerra Mundial. Una historia que se ve atacada cuando Harrison, un miembro del Servicio Secreto Británico, aparece en la vida de Stella para informarle de que su pareja es un espía de los alemanes y que la única forma de evitar que le arresten es manteniendo una relación con él.

Pero la base de la obra no es esta historia de amor ni el interés de Harrison por Stella si no Londres. Una ciudad atacada por la Segunda Guerra Mundial cuya población está perdiendo su identidad, que está aturdida por los sucesos bélicos y todo lo que la guerra implica.



Elizabeth Bowen nos habla a través de este trío y de una forma sutil y magistral de las consecuencias de la guerra en la ciudad pero sobre todo en la mente de las personas. El cómo la gente se acostumbra a cualquier situación pero, sin embargo, sus actos, su forma de pensar, cambia.

El racionamiento, el espionaje, el secretismo... todo esto es característico de la guerra y hace que las personas se comporten de distinta manera. La vergüenza por hablar con desconocidos pierde importancia cuando tu vida podría acabar en cualquier momento. Se ansía el contacto pero un contacto frágil sin intimar y sin embargo, son varias las muestras de camaradería en el libro como las relaciones del hijo de Stella, Roderick con su amigo Fred o la relación de Louie con Connie.

En estas circunstancias, es normal que presenciemos las dudas de Stella hacia Robert, de su investigación secreta y casi inconsciente hacia esa persona que se ama y se conoce. O se cree conocer.

El miedo, las dudas, los misterios... el no saber cuándo acabará tú vida o la guerra; y si esta finaliza, ¿quién ganará? ¿Qué le espera al mundo después? Estas cuestiones convierten a una pareja en conocida y desconocida a la vez. No se habla del futuro, sólo se vive el presente de la mejor manera posible. De la única manera que se puede vivir en una ciudad sombría, bombardeada a menudo.

Estamos ante una novela que no pretende ser policíaca ni de misterio. Tampoco es una novela de guerra como tal porque no se nos presenta las devastaciones de la guerra; no hay cadáveres, no hay familias rotas, ni muertos de hambre. Tampoco pretende ser una historia de amor como tal si no cómo las consecuencias de la guerra moldea las relaciones humanas. Y menos aún es una novela que se lea rápido, que conlleve aventura.

Es una obra para saborear, para navegar entre las mentes de sus protagonistas, para descubrir una Londres asediada de la mano no solo de los tres protagonistas, si no también de Roderick, de Louie o de la familia de Robert.

Porque son ellos los que nos cuenta cómo se vive el racionamiento, cómo es la necesidad de buscar afecto en otros porque tu marido está en el frente, cómo era el trabajo de guardiana antiaérea y el secretismo que se podía encontrar en cada callejón oscuro, en cada bar clandestino.



En resumen, es una novela que utiliza la guerra y el romance entre Stella y Robert para mostrarnos las consecuencias de la guerra en la psiquis humana y en nuestro comportamiento ante situaciones de estrés, peligrosas y oscuras.

Por otra parte, podemos decir que la novela tiene parte de autobiografía ya que Elizabeth Bowen vivió en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, fue una de esas guardianas antiaéreas y a pesar de estar casada tuvo un romance con un diplomático canadiense, Charles Ritchie. También tenía una casa en Irlanda, detalle que aparece en la obra ya que su hijo hereda una mansión en Irlanda por parte de su tío.

Y aunque la protagonista no comparte con ella todas estas características, si que las podemos ver repartidas entre los diferentes personajes que aparecen. Sin duda, Bowen sabía de lo que hablaba cuando escribió este libro.

Título: El fragor del día | Autora: Elizabeth Bowen | Editorial: Impedimenta | Páginas: 352 | ISBN: 978-84-15130-37-6 | Precio: 22,70€

No quiero acabar la reseña sin antes decir que es un libro que me ha costado leer por su lentitud pero que a la vez he saboreado y me ha dejado un sabor de boca muy bueno. Es un libro para analizar y para fijarse en los detalles que rodean la historia y el telón de fondo de la obra, que para mi es lo más importante y es donde se encuentra los mensajes que la autora quiere transmitirnos.

Espero que no se os haya hecho pesada ni muy repetitiva la reseña y que os animéis a leer este libro. Además, la edición de Impedimenta está muy cuidada (¡es preciosa!).

Hasta pronto y no os olvidéis de comentarme si habéis leído la obra u otra cosa de Elizabeth Bowen.


PUNTUACIÓN




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